Los jóvenes de hoy, los futuros “bloggers verdes”, están desarrollando la sexualidad al amparo de la falacia de los cuerpos imposibles, porque en las redacciones de las revistas, algún editor fotográfico fetichista de las muñecas, ha decidido redibujarnos las fantasías con pinceladas digitales y nada de realidad.
Podría aprovechar este post para listar una interminable nómina de sitios con fotografías del antes/después que apoyan lo que digo, pero me parece más sano reivindicar a la herramienta que condenar a su mal uso.
Propongo, en mi carácter de apasionado amateur del retoque fotográfico, dejar de usar el Photoshop como verbo y volver a imponerlo como facilitador de chistes que nos hagan cagar de la risa.
Yo, que me asombro porque los cuellos de los jóvenes ya no vienen con bisagras y en la calle los detalles se les pasan por alto, propongo reivindicar las asimetrías, las cualidades distintivas, la secreta coreografía de una teta ligeramente más grande que la otra, el erotismo de un culo cambiante de acuerdo al pantalón que lo envuelve, el arco sensual de un juanete que rompe la monotonía de unas piernas interminables.
Yo, que no soy nadie y tomo la voz de la desesperanza ante la digitalización de la belleza, propongo que el Photoshop acabe su reinado de terror, porque tengo las bolas chatas de escuchar a la gente que no sabe ni qué mierda es Adobe, decir:
—Está fotoshopeada, la Cristina.
¡Como si fuera normal!
Yo propongo que volvamos a lo que era antes, al tiempo en que el software servía, por ejemplo, para cosas menos dañinas…
…como las que trabaja Worth1000, con sus concursos maravillosos, que van desde una intervención sobre los cuadros de El Renacimiento, en la que los participantes envían sus mezclas con famosos monstruos del cine (¿?)
O lo que hacen los rusos, que de divertirse, saben un montón.
Vamos, que en Rusia hace un frío que te deja pezones como de hierro y no hay mucho más para hacer que foros con fotos de clavadores:
…para reubicarlas como corresponde:
Entonces, repito, propongo abolir esta tiranía de la perfección, que lo único que logra es hacernos sentir como el culo.
En mi juventud no existía este puto Photoshop. En nuestros años mozos no podías salir de tu casa sintiéndote Owen Willson, porque tu cuerpo adolescente, hirviendo de hormonas, para afuera mostraba mutaciones dignas de una web satánica, nunca belleza:
Como si en tu piel se mezclara el anhelo de ser y la realidad de padecer:
Una extraña criatura con un lado oscuro:
Un paria que el destino se empeñó en modelar combinando la cara Elton John y de la reina:
Dando como resultado una suerte de mutante:
Un asco de mixtura con lo peor de nuestros padres:
Mientras ellas florecían con una exótica mezcla de rasgos prometedores:
Una tentadora torta marmolada de potencialidades:
Yo, que no tengo mucho que perder a esta altura, que me da lo mismo si en las fotos de un cumpleaños salgo como un globo terráqueo, o con los ojos coronados por horripilantes ojeras; yo, que habiendo perdido toda la vergüenza y el estilo y la buena postura, en las fotos carné parezco un experimento genético con ataque de hígado; yo, que en las fotos de las vacaciones salgo verde musgo; yo digo: lo que publican en las revistas, lo que nos venden como belleza, es puro plástico:
Y hay que sacar el espartano que todos llevamos adentro para repudiarlo:
La manipulación de imágenes es un recurso hermoso para torcer la realidad y hacerla más digerible, para editorializar el día a día y exorcisar con ingenio:
Yo propongo que volvamos a eso, que nos dejemos enamorar otra vez por los antes y no por los después:
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Propongo que al Photoshop lo usemos otra vez para cagarnos de risa:
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pero me parece muy graciosa así que la pongo lo mismo)
Porque estamos cansados de que nos engañen con ilusiones que no existen:
Yo propongo que dejemos de lado esta realidad momeada, nos sentemos y lo reflexionemos:
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